Que bueno sería poder olvidar
y dejarse llevar así tan sólo…
Y yo que casi olvido todo,
pero tu imagen… ¡Siempre está!
El perdón, ¡Oh Gesto Divino!,
enaltece el alma y el corazón decora.
Mientras, yo sigo aquí castigado por tu olvido
y tu fría conciencia que no me perdona.