Cada mañana es distinto
Cada mañana cuando abra mis ojos, me voy a decir a mí mismo: yo, al margen de las circunstancias, tengo el poder de hacerme feliz o infeliz el día de hoy. Yo soy el que decido cuál de los dos será. El ayer está muerto y el mañana no ha llegado aún. Solo tengo un día, hoy, y he decidido ser feliz en él.